Genética: Los antecedentes familiares juegan un papel importante en el desarrollo del eczema.
Desencadenantes ambientales: la exposición a alérgenos, irritantes y estrés pueden desencadenar síntomas de eczema.
Disfunción de la barrera cutánea: la barrera cutánea debilitada permite que los alérgenos e irritantes penetren y provoquen inflamación.
Alergias: Las alergias a alimentos, ácaros del polvo o mascotas pueden desencadenar síntomas de eczema.
Irritantes: Los jabones, detergentes y productos químicos agresivos pueden irritar la piel y provocar eczema.
Estrés: el estrés puede exacerbar los síntomas del eczema y desencadenar brotes.
Hidratación: La hidratación regular ayuda a mantener la función de barrera de la piel y a prevenir la sequedad.
Evite los productos agresivos: el uso de productos suaves para el cuidado de la piel puede ayudar a prevenir la irritación y los síntomas del eczema.
Identificar los desencadenantes: identificar y evitar los desencadenantes personales puede ayudar a prevenir los síntomas del eczema.
Cambios en el estilo de vida: Realizar cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta saludable y controlar el estrés, puede ayudar a controlar los síntomas del eczema.