Los riesgos ocultos para los niños que crecen rodeados de drogas

Trauma emocional: Crecer con padres adictos puede provocar agitación emocional, ansiedad y depresión en los niños.

Mayor riesgo de adicción: Los hijos de drogadictos tienen más probabilidades de desarrollar trastornos de abuso de sustancias debido a factores genéticos y ambientales.

Problemas de conducta: Los niños pueden exhibir comportamiento de búsqueda de atención, agresión o automutilación como resultado de negligencia o abuso.

Bajo rendimiento académico: la falta de atención y los entornos familiares inestables pueden provocar discapacidades de aprendizaje, ausentismo escolar o abandono de la escuela.

Problemas psiquiátricos: Los niños pueden desarrollar ansiedad, depresión, TDAH y trastorno negativista desafiante debido a su crianza.

Estrés tóxico: el estrés crónico por vivir con padres adictos puede afectar el cerebro en desarrollo de un niño y provocar problemas a largo plazo.

Negligencia y abuso: los niños pueden sufrir abuso físico, emocional o sexual y negligencia debido al abuso de sustancias por parte de sus padres.

Percepción distorsionada de la vida familiar: Crecer en un entorno lleno de drogas puede distorsionar la comprensión de un niño de lo que debería ser una vida familiar normal.

Mecanismos de afrontamiento: Los niños pueden desarrollar mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias o el comportamiento autodestructivo, para lidiar con su situación.

Consecuencias a largo plazo: Las experiencias adversas en la infancia, incluida la adicción de los padres, pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental, enfermedades crónicas y problemas sociales más adelante en la vida.