El cáncer es causado principalmente por mutaciones genéticas que alteran el crecimiento y la división celular normales.
La exposición a carcinógenos ambientales, como la radiación ultravioleta, el humo del tabaco y ciertas sustancias químicas, puede causar mutaciones genéticas.
Los factores del estilo de vida, como el tabaquismo, la mala alimentación, la inactividad física y el consumo excesivo de alcohol, contribuyen al riesgo de cáncer.
Ciertas infecciones, como el virus del papiloma humano (VPH) y Helicobacter pylori, pueden aumentar el riesgo de cáncer.
Las mutaciones genéticas hereditarias, como BRCA1 y BRCA2, pueden aumentar significativamente el riesgo de cáncer.
El riesgo de cáncer aumenta con la edad, ya que las mutaciones genéticas se acumulan con el tiempo.
Los desequilibrios hormonales y ciertos factores relacionados con las hormonas pueden contribuir al desarrollo del cáncer.
La exposición a la radiación ionizante, como los rayos X y los rayos gamma, puede causar mutaciones genéticas y aumentar el riesgo de cáncer.
Los cambios epigenéticos, que afectan la expresión genética sin alterar la secuencia de ADN, también pueden contribuir al desarrollo del cáncer.
El desarrollo del cáncer implica una interacción compleja entre factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, lo que dificulta identificar una única causa.