Influenza aviar: comprensión de los riesgos y estrategias de prevención
Los virus de la gripe aviar pueden propagarse a través de heces y secreciones animales y entornos contaminados, lo que representa un riesgo para los seres humanos.
Las infecciones humanas se producen a través del contacto cercano con aves o animales infectados o con superficies y materiales contaminados.
Minimizar el contacto con aves y mamíferos infectados y usar equipos de protección como guantes, máscaras y protección para los ojos pueden prevenir infecciones.
Las personas que trabajan con animales, los cazadores y aquellos que tienen exposición recreativa a las aves tienen mayor riesgo de infección.
Las infecciones humanas pueden variar de leves a graves y pueden incluir síntomas similares a la gripe estacional.
Cocinar las aves y los huevos a la temperatura interna adecuada y consumir productos lácteos pasteurizados pueden prevenir infecciones.
Las vacunas contra la gripe estacional no protegen contra la gripe aviar H5N1, pero pueden reducir el riesgo de coinfección con los virus de la gripe estacional y la gripe aviar.
El seguimiento de las poblaciones animales y humanas para detectar los virus de la gripe aviar es fundamental para la detección temprana y la respuesta.
La implementación de medidas de bioseguridad en las granjas y la restricción del acceso a las áreas infectadas pueden ayudar a prevenir la propagación del virus.
La notificación rápida de casos sospechosos y el seguimiento de las directrices de salud pública pueden ayudar a mitigar el riesgo de transmisión de la gripe aviar.