Del plato a la paz: Creando una dieta que no da miedo a los temblores

Los alimentos ricos en electrolitos, como los plátanos y los aguacates, favorecen la función muscular.

Los alimentos ricos en coenzima Q10, como las vísceras y el pescado azul, favorecen la producción de energía.

Reducir o evitar la cafeína y la nicotina puede ayudar a aliviar los temblores.

Comer de forma regular y equilibrada puede ayudar a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.

Algunos alimentos pueden interactuar con medicamentos, por lo que se recomienda consultar con un profesional de la salud.

Una dieta mediterránea, rica en alimentos integrales, puede ayudar a aliviar los temblores.

 Incorporar alimentos que reducen el estrés, como la ashwagandha y la pasiflora, puede ser beneficioso.

Las intolerancias o alergias alimentarias pueden agravar los temblores; es importante identificar y evitar los alimentos desencadenantes.

Un profesional de la salud puede ayudar a crear un plan de alimentación personalizado.

Combinar cambios en la dieta con otras terapias puede mejorar el control de los temblores.

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